jueves, 26 de julio de 2018

Sueños


Tardé en darme cuenta de que los sueños pueden ser realidad y no simples pensamientos que acaban convirtiéndose en un ojalá. Que hay que luchar por lo que unx desea con todas sus fuerzas sin miedo al qué pasará, quitarse la cuerda que nos ata al NO PODRÁS que aprieta cada vez más y quedarte en total libertad, siendo tú contra lo que vendrá. Enfrentándote a los miedos que nuestra mente grita haciendo eco para al final quebrajar nuestro corazón como si fuera un vaso a punto de romperse. Contar la vida por sonrisas y olvidar el tiempo que marca el reloj y nos limita. Disfrutar desde lo mínimo hasta lo máximo. Subir peldaño tras peldaño de la gran escalera que nos lleva a conseguir lo que queremos. Olvidar los comentarios ajenos que solo sirven para frenarnos como si fuéramos una marioneta sumisa de su títere. Enamorarte de ti, de los paseos, de la gente desconocida que te manda sonrisas y de las conocidas que te alegran el alma. Caminar sin miedo a tropezar, qué más da. El obstáculo solo servirá para que cojamos impulso y podamos saltarlo y no quedarnos tras el pegadxs en la pared esperando a que otra ventana se abra. Sintiéndote feliz con lo que haces y siendo quien quieres ser, sin tabúes. Cayéndote para luego levantarte con más ganas que nunca, enfrentándote a los días con hambre de mundo. Escuchar a tu corazón y seguir las riendas que imparte tus latidos. Valorándote y aprovechando cada oportunidad como si fuera la última. Montándote en el tren de la vida que deseas, aunque no tengas billete.

Los sueños se pueden cumplir
y no es un consejo, es una realidad.

viernes, 1 de junio de 2018

¿Quieres conseguir 'Y entonces, apareciste'?


¡YA HA LLEGADO EL DÍA!

¿Cómo podéis comprar mi nueva novela? ¡Tenéis varias opciones!

Amazon:

Para comprarla a través de Amazon tenéis que hacer lo siguiente:

1. Hacer una cuenta en Amazon.

2. Descargar aplicación Kindle (gratuita) donde queráis leer ‘Y entonces, apareciste’ PC, MAC, Google Play o App Storie. Pulsa en el siguiente enlace: kindle

3. Una vez descargado y registrado, pulsas en el siguiente link y compras el libro a través del método de pago que prefieras: AMAZON

4. Ve a tu aplicación Kindle donde podrás disfrutar leyendo.

Casa del libro:

Para comprarla a través de Casa del libro tenéis que hacer lo siguiente:

1. Descargar aplicación Tagus (gratuita) a través de este link: Tagus

2. Una vez descargado y registrado, pulsas en el siguiente link y compras el libro a través del método de pago que prefieras: CASA DEL LIBRO

3. Ve a tu aplicación Tagus donde podrás disfrutar leyendo.

Google Play:

1. Entras en el siguiente link: MEGUSTALEER , pulsas en el precio y te saldrán varias opciones en la que encontrarás: Play Store, pulsas en esa opción y te saldrá en tu móvil listo para comprarlo a través del método de pago que prefieras.

2. ¡A leer!




miércoles, 23 de mayo de 2018

Booktrailer

¡Os dejo el booktrailer de mi nueva novela: Y entonces, apareciste!

¿Lo compartís?

¡Cuenta atrás para el uno de junio! 🌹

lunes, 14 de mayo de 2018

Y entonces, apareciste

A LA VENTA EL 1 DE JUNIO


SINOPSIS

Y entonces… apareciste, al ritmo de los acordes de una guitarra callejera.
Chloe deambulaba por las amplias calles de Madrid alumbradas y encharcadas por cada uno de sus rincones. Intentaba olvidar una despedida feroz que había sido lanzada con una flecha a la diana de su corazón, era ajena a las miradas, en especial, a la de él.
Y fue en el momento inesperado, en el sitio menos buscado y con la apariencia que nunca Chloe imaginó, donde Alex, aliado con el destino, apostó por el amor.
Pero… ¿apostará Chloe por él? 


domingo, 6 de mayo de 2018

MI ROSA



Entre tantas flores,
valientes y luchadoras,
crezco junto a la más especial.

Ella es luz,
el arcoíris tras la tormenta,
los colores más bonitos de la gran gama.

Ella que me reconforta
como las sábanas más acogedoras,
la casa que me mantiene a salvo de todas las guerras
que pasan por mi mente y en las calles.

Ella que ha gritado,
que se mancha las manos de paz
y me transmite dulzura en los días amargos.

Ella que es amor permanente,
eterno,
infinito y perpetuo.

Ella que es una rosa
en el jardín de la vida
y me ha convertido en
una florecilla soñadora.

Ella que hace de las risas
bandas sonoras.

Ella que es el pegamento
más fuerte
para todas mis roturas,
medicina para todas
las enfermedades
y calma ante todo el ruido.

Ella que es un diario
lleno de mis días,
mis caídas
y mis saltos.

Ella que es el espejo de
la felicidad en mi vida.

Ella que es
flor,
sol,
aire
y mi madre.

lunes, 23 de abril de 2018

Me gustas


Me gustas cuando eres tú conmigo,
cuando nos perdemos sin mapa
y escondes la brújula tras tu mirada.

Me gustas cuando me quieres bien,
cuando me escuchas sin entenderme
y me abrazas cuando quieres.

Me gustas cuando lo intentas,
cuando vas y lo cumples
y vienes y te susurro.

Me gustas cuando preparas palomitas,
cuando te emocionas con una serie
y cuando acabas leyendo mi libro favorito.

Me gustas cuando saltas sin límites,
cuando prometes
y lo cumples sin necesidad de que las manillas
del reloj te golpeen la espalda.

Me gustas cuando hablas y tus ojos brillan,
cuando te inventas la canción de la radio
y acabas cambiando la letra para siempre.

Me gustas cuando eres eterno,
cuando me arropas
y nos sentimos en casa.

Me gustas cuando eres fan de Ed Sheeran
de Nicholas Sparks
y de Nico Mirallegro.

Me gustas cuando te gusto,
te siento
y te quiero.


viernes, 13 de abril de 2018

Quédate un ratito más


Quédate un ratito más,
contémonos secretos entre susurros,
acaricia mi piel como si fuera un lienzo,
acércate y hagamos de nuestras respiraciones una sola.

Quédate un ratito más,
olvida que las agujas del reloj siguen moviéndose,
cierra los ojos y sigamos disfrutando del sonido
de nuestros besos.

Quédate un ratito más,
pon música y bailemos,
rellena los vasos y brindemos,
sonríeme y ya nos enfrentaremos al tiempo.

Quédate un ratito más,
hagamos del invierno el verano,
de la cordura la locura
y acabemos ebrios de pasión en los bares del corazón.

Quédate un ratito más,
y recuérdame que las mañanas
de los lunes son más sábado
cuando nos despertamos
los dos juntos entrelazados en la cama.


miércoles, 4 de abril de 2018

Hazlo


Los cambios, las imperfecciones,
tu voz retando al silencio,
el eco de los besos,
la vida llena de susurros llenos de risas... ¡Qué gozada!

Los cambios siempre son necesarios. Hazlo. Vive la vida que te apetezca, salta de un lado a otro y baila al compás de cualquier melodía. Enamórate de ti, de la vida, de alguien que te haga sentir. Escucha la música a todo volumen y piérdete sin brújula. Lee hasta las tantas, ríe hasta que te duela la barriga, habla sin mirar la hora y sigue lo que tu corazón grite cada vez que late.

Ve a París, Roma o Berlín. Donde quieras. Con un billete sin vuelta, con una muda en la maleta y un mapa lleno de garabatos.

Háblale, que les den a las inseguridades. Díselo, todo lo que sientes. Que te llevarías cada madrugada escuchándolo, que pasearías por cada calle de la ciudad de su mano.
No te niegues a ti misma lo que deseas. Haz lo que quieras, no tengas miedo. Disfruta de tu vida a tu manera. Acaricia cada segundo como si fuera el último, vive tu propia película, ponte los auriculares. Sonríe a los desconocidos y no niegues el paisaje de cualquier risa. Entrégate en cada conversación y escucha con atención cada destalle. Viaja en las historias que te cuenten y léelas entre palabras.

Alíate con la libertad y grita por lo que luchas. Levanta la voz, oírte es un placer.

domingo, 1 de abril de 2018

Nuestro amor estalló


El eco de tu voz
retumbó en mi corazón
tan fuerte
que lo rompió.


Comenzaba a hacer frío en mitad de un invierno poco compasivo, el cielo estaba pintado de gris y el sol tenía terror por asomarse para chocar con mis ojos. Me balanceé en la butaca que siempre tenía descansando en el patio e imaginé que la realidad era una pesadilla y que me despertaría buscando el calor de tus brazos. El café que estaba reposando en la mesa se enfrió y nuestro amor estalló. Corrí, te juro que lo intenté, pero me di cuenta de que no podía escaparme de tu recuerdo cuando todavía estabas encerrado en mí.

Escuché la lluvia mientras bailaba a su compás: tropezándome con su melancolía y perdiéndome en su melodía. Esperé que tus brazos rodearan mi cintura y acariciaras la piel de mi nuca con tus labios para después depositar un leve beso. Cerré los ojos y lo sentí sin tenerlo. Caminé descalza y desnuda por dentro, me perdí entre las gotas de lluvia y la realidad que derramaba cada una de las lágrimas.

Y entonces vi la tormenta llegar, con una sonrisa preciosa y una mirada brillante.

martes, 27 de marzo de 2018

Para ti


Para ti que sonríes alto en días bajos, que caminas descalza y esconde los zapatos bajo la cama. Que quiere con el alma y trabaja con la valentía e ilusión rozando las yemas de los dedos. Que saborea cada lágrima dedicándole un guiño de ojo y un gesto de fuerza. Que cae y se levanta apoyándose en sus propias manos. Que habla alto por su libertad cuando los demás esperan un silencio más.

Para ti que el espejo te devuelve su reflejo con mimo, que te lanza una risa voladora para convertirla en la melodía de tu vida. Que bailas al compás de todas las notas, que piensas en voz altas y te equivocas. Que eres consciente de que la perfección aburre, y la imperfección es lo más valioso del mundo. Benditas imperfecciones que nos hacen ser, a secas.

Para ti que caminas a paso lento cuando el reloj se retrasa, que te alimentas de abrazos y besos amados, que sabes querer -no más o menos, sino bien y de verdad-, que coges impulso y las palabras saltan tan alto como tus ganas de cumplir cada uno de los sueños más lejanos que tienes cada noche y se quedan guardados en la almohada.

Para ti que escuchas música y te emocionas, que lees un libro y te emocionas, que escuchas a alguien hablar con profundidad y te emocionas. Que sabes llorar de alegría, amor, tristeza, error, impotencia, ira y sinceridad. Que sabes que las lágrimas no son tabúes, que los días de llantos continuos existen, que sabes lo que es perder y sonreír. Que sabes lo que es intentarlo, fallar y reír. Que sabes que las prioridades de la vida no tienen ni precio ni marca ni fecha de caducidad.

Para ti que acaricias tus complejos, que te pierdes en los paseos de por la mañana y en la luna llena que alumbra la oscuridad. Que te quieres porque te lo mereces, que no eres menos que nadie, que no tienes que quedarte rozando el suelo, sino que debes salir disparada hacia la realidad y disfrutarla con todas tus ganas porque vida hay una y la tienes en tus manos para mimarla.

Para ti que eres tierra y aire, que eres manta en mitad del invierno, que eres flor en primavera, que eres frío en verano, que eres hoja en otoño. Que eres catorce de febrero, ocho de marzo y veinte de marzo. Que eres Let it be, Skyscraper, y cada acorde de Beautiful. Que pones en desventaja a la eternidad.

Para ti que te burlas de los prejuicios, que amas la libertad y pones una mano en la espalda de cualquier persona que necesita un pequeño empujón hacia la felicidad. Que desconoces el arte que tienes en tu interior en forma de corazón.

Para ti
que haces de un martes cualquiera
un recuerdo inmarcesible.

lunes, 19 de marzo de 2018

19 de marzo, papá


Que regalo más mágico crecer bailando subida en tus zapatillas mientras con tus grandes manos guías mi vida. Viajar dentro de casa entre tus revistas de playas y montaña. Que buen maestro eres. Tus lecciones son mejores que cualquier libro, entre charlas y enfados. Entre risas y abrazos. Acurrucándome en tus no pasa nada y apoyándome en tu hombro siendo la almohada perfecta, y es que, eres casa. Mi hogar preferido al que acudo cada día. El payaso más divertido en mis días más tristes, mi animador preferido en mis iniciativas, el que ocupa la silla de la primera fila y se levanta cada vez que termino una palabra para aplaudirme.

El reflejo de mi alma, mi espejo más preciado. Verte y verme no es complicado. Mirarte y sentirme afortunada, es una rutina constante. Cerrar los ojos y verte en mitad de la noche construyendo los castillos más grandes, no es tan solo un recuerdo. Y hacer malabares para estar siempre, es solo cosa tuya.

Haces que tus brazos sean mis sábanas preferidas, el guiño de ojo nuestro mayor aliado y el amor verdadero la banda sonora que quiero que toque durante toda mi vida.  

Qué será lo que tenéis los padres,
que una eternidad es solo el comienzo
de la vida que quiero junto a ti, papá.




domingo, 18 de marzo de 2018

Siete vidas


Será que te miro y deseo reencarnarme en tu piel, sentirte cerca y rozar cada uno de tus lunares con las yemas de mis dedos. Astuto y viajero me pierdo en el mapa de tus caderas para aterrizar en tus labios y quedarme allí un par de eternidades más. Perder el timón de mi barco que desemboca tras tus pasos de huellas suaves y pasodobles constantes.

Un viaje sin billete de vuelta, con permanencia infinita y ligero de equipaje. A tu lado, todo lo que quiero. Y naufragar las islas para dejar nuestro aroma en cada una de ellas. Y verte, verme, vernos…Siendo un par de peces más.

Desnudando nuestras palabras entre risas y siendo dueños de nuestro destino, provocando un incendio entre caricias y un silencio con el mar chocando con nuestros talones mientras paseamos por nuestra historia. La historia de siete vidas igual que un gato.

sábado, 17 de marzo de 2018

Ella




Ella que habla de sus pasiones con el corazón rozando la punta de su lengua, los ojos brillantes y el estómago lleno de esas comunes mariposas. Que sonríe cada vez que la miras y te regala un guiño de ojo acompañado de cualquier gesto de ánimo. Ella que es luz, que camina pegando saltos y no esquiva los charcos. Que le gusta el amarillo, enfrentándose a las supersticiones. Que le gusta cantar bajo la ducha y delante de cualquier persona, una canción inventada en un idioma improvisado y con una coreografía jamás vista. Ella que es así. Que cae y se levanta, al día siguiente o al mes y qué. Los días de mierda no son tabú en la felicidad.

Ella que sonríe a su reflejo en cualquier lago, que acaricia su cuerpo con amor y se pierde en las conversaciones ajenas. Que te escucha y te siente. Que te susurra y te aconseja aun sabiendo que no le echarás la mínima cuenta. Ella que viste de rosa y de negro. De azul y de rojo. De gris y de verde. Que le gusta los colores alegres y apagados. Que le gusta la vida y está dispuesta a vivir cada uno de sus segundos. Ella que se choca con obstáculos y sueña despierta. Que cumple sus metas y otras se quedan escondidas en un rincón. Ella que es imperfecta y eso le hace aún mejor. Ella que con los ojos cerrados te diría que ve blanco. Y que el miedo tiene un trozo en su corazón, pero no superior a la valentía.

Ella que es ajena de la magia que desprende.

viernes, 9 de marzo de 2018

Seguían mirándose...


Él la miraba mientras leía el periódico y balanceaba el lápiz que utilizaba para resolver el crucigrama. Ella era ajena a la mirada desconocida y estaba impregnada en el olor del café amargo que reposaba en la mesa junto a los sobres de azúcar intactos y las servilletas llenas de garabatos en forma de intentos de palabras. El cielo estaba nublado, las nubes jugaban al escondite y todas eran ganadoras. No se podía ver ninguna de ellas. Según la mujer que hablaba en el canal del tiempo que tenía puesto el propietario del bar al que frecuentaba ir, existía un noventa porciento de posibilidad de lluvia. A ella le entusiasmaba la idea y a él también. Ambos amaban la lluvia y no eran consciente de que ese sentimiento se multiplicaría esa tarde de marzo.

Cuando ella levantó la vista coincidió con la de él. Fue un choque improvisado que no duró más de un par de segundos. Él se refugió tras la carta del bar haciéndose pasar por un hombre que ansiaba comer uno de los dulces que estaban escritos en orden de precios, ella volvió a mirar el crucigrama casi completado -es demasiado complicado, pensó- pero para ser sincera desde que vio la mirada intensa del chico que descansaba dos mesas más lejos de la suya no pudo pensar en garabatos ni en esa palabra que tenía nueve letras y la definición no llegaba a captar: Apolo y Hércules como conductores de las musas.

Pensó.

Miró con disimulo al chico.


Él la miró.

Se escondió tras la carta.

Volvió a mirarla.

Y en un cruce, ambos sonrieron. Y comenzó a llover, asustando a algunas de las personas que descansaban en el interior del bar por el impacto de la lluvia contra el suelo. Ellos no se asustaron, ni si quiera se inmutaron, siguieron mirándose. La televisión comenzó a proyectar diferentes videoclips y la voz de Calum Scott se apropió de todo el local. Algunas personas entraban con la ropa empapada, otras salían corriendo y otras tantas pedían un nuevo café mucho más caliente que el anterior. Pero ellos seguían mirándose.

Ella se levantó y ocupó una de las sillas que rodeaba la mesa que estaba en medio de ambos. Él, un tanto confundido, siguió sus movimientos. Estaban cara a cara. Y seguían mirándose. Sonriendo. Qué dulce forma de hablar. Sintieron que el volumen de la música aflojó, los murmullos desaparecieron y las personas con ellos.

Seguían mirándose…

martes, 6 de marzo de 2018

Unas 100 veces


Me he perdido unas 100 veces
en tu mirada, tus gestos,
tu forma de andar,
tus te quiero y tus tan épicos enfados de cinco segundos,
tus besos de buenos días,
y en esas duchas de madrugada.

En los paseos por la ciudad
con nuestras manos entrelazadas,
en las canciones que suenan en la radio
que acaban convirtiéndose en un himno,
en los cafés demasiado calientes
y los tés demasiado fríos.

Me he perdido en tus te echo de menos
que acaban en el roce de tu lengua y
comienzan en tu respiración acunándome,
en las caídas de la luna,
en el choque de las olas,
en la arena y nuestros cuerpos...

Sin tener la oportunidad de encontrarme,
sigo perdida en los acordes de aquel piano
en nuestra primera cita, en las sábanas blancas
de la cama incomoda donde dormimos por primera vez,
en tus manías que me dan ganas de besar cada una
de las arrugas que se forman en tu entrecejo cuando me río de ellas.

Cien veces…
Me pierdo en ti
y cuando estoy a punto de encontrarme,
vuelves a hacer que me pierda…

Ojalá nunca encuentre la brújula idónea.



miércoles, 28 de febrero de 2018

Y seguiría bailando


Entonces entendí que, si me pedías bailar, practicaría toda la noche para no pisarte. Un pasodoble donde reinara tu risa y una carcajada que nos dejara sin aire. Que, si tuviera que arriesgar, arriesgaría. Aun con los ojos cerrados y nuestras manos temblorosas entrelazadas, que daría un paso más acompañado de el choque de tus zapatos. Que sería capaz, a secas. De enfrentarnos a los miedos más profundos y cumplir cada uno de nuestros deseos juntos. Y seguiría bailando mientras tus manos me sujetaran. Y te besaría, a nuestro ritmo, el que nosotros conocemos y todo el mundo desconoce. Y veríamos las estrellas en la madrugada y contemplaríamos el amanecer entre mantas y termos de café. 

Y seguiría bailando, aunque nuestras piernas gritaran un descanso. Y escucharíamos esa canción que tanto te gusta y que yo tanto odio, y tararearías esa melodía que siempre cambias en la radio. Y conduciría hasta la ciudad que sueñas conocer, y en la vuelta iríamos a comer mi comida favorita. Y seguiría bailando con el fin de tenerte cerca, siguiendo cada uno de tus pasos, rozando nuestras rodillas mientras arriba nuestros labios hacían un trabajo esplendido entre besos y sonrisas.

Y seguiría bailando…

Todavía lo estamos haciendo…

domingo, 25 de febrero de 2018

París


Las calles de París
estaban impregnadas
París, 2018
de ese sentimiento
tan tuyo
que me haces sentir
con tanta facilidad.

Terminé rendida
ante la ciudad
recordando tus castos besos
que se iban convirtiendo
en un pasodoble glorioso.

Deseé encerrarme
unos segundos
en tu corazón
como si fuera la cárcel más bonita.

Me perdí
en la locura que desataba
tus caricias en la oscuridad
de nuestras mañanas.

Y me quedé esperando
el tintineo de nuestras tazas
de café
tras hacer el amor.


J'attendrai dans le silence 
de la nuit que tu t’approches de mon côté.


viernes, 23 de febrero de 2018

Quiérete


Dedícate todo el tiempo en quererte, en sentirte a ti misma y en conocer tus sueños para ponerte manos a la obra. Túmbate en la cama y haz del techo aburrido, una aventura por cumplir. Ve al cine, a llorar o a soltar carcajadas libres. Acaricia tus defectos y ámalos. Pasea por las plazas llenas de personas con historias mágicas y enamórate de la tuya, piérdete en las miradas ajenas y valora las sonrisas desconocidas. Quiérete cada segundo más y echa de tu vida los obstáculos que aparecen cada vez que lo intentas ¡qué le den!

Céntrate en ti, y defiende cada una de tus decisiones. Pide consejos que después darás la espalda, y si te equivocas…aprende. Pero equivócate, no es nada malo, es maravilloso. Sigue tu ritmo, ese que a veces te planteas si es el mejor, lo es. Y es completamente tuyo. Y si alguien no lo respeta, ábrele las puertas para que se marche.

Escucha música a toda voz hasta que los vecinos se quejen y acaben bailando contigo. Grita lo que te plazca cuando quieras. Disfruta de ese hobby que muchas veces dejas de lado por otras cosas insignificantes. Vive tu vida y que nadie la viva por ti.

Saca del cajón de tu alma los deseos más escondidos y quien quiera poner una mano en tu espalda para seguir a tu lado serán las personas adecuadas. Respira canciones, libros, tés, cervezas, risas, lágrimas de emoción. Celebra lo bueno que te pase y lo malo…le encontrarás una solución, pero en el proceso sé feliz. Sé consciente de lo bonito que te rodea, del mundo que te pide a voces que lo viajes.

Abrázate a esa noche que te juraste que no habrá más reproches innecesarios, apaga el teléfono que te juega malas pasadas y enciende el pensamiento que vagabunda por tu mente suplicándote un me quiero sincero.



lunes, 19 de febrero de 2018

Siempre empieces

Entre las mantas sentí que mis suspiros pedían permiso para perderse entre mis labios, entonces fue cuando me di cuenta que si es para encontrarte a ti nunca estaré perdida. Acaricié con la mayor delicadeza las arrugas blancas de la sábana que había desatado mi noche de sueños y revuelo, me acordé de tu cara y esa sonrisa que siempre me conlleva a ser feliz. Breve o permanente, pero felicidad. Recorrí con las yemas de mis dedos -deseosas de tocarte- las cortinas de la ventana que chocaban con mi pelo y no dudé en recordar tus fuertes brazos protegiéndome del viento. Me rebelé ante el pensamiento de no volver a oler ese fuerte perfume que se queda en mi piel después de haber hecho el amor. Será amor o adicción, sea lo que sea, espero que jamás termine y tú siempre empieces.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Sin ti

Eres fuego y no me quemo,
tus cenizas se las llevó el viento, ya no las siento.
Las personas como tú, las prefiero lejos.
Me llevas al infierno, prefiero estar
en el cielo o entremedio.
Pero sin miedos ni complejos.
Y sin un te quiero que no sea verdadero.
Me mieras y no te miento
cuando te digo que no te entiendo.
Tus palabras entre miradas conectadas
ya no me afectan.Y lo prefiero.
Ahora te quiero pero lejos,
tanto que ni te veo.

Ni en mi vida ni en mis pensamientos.

Bailaría junto a ti...

Bailaría junto a ti aún sabiendo que la posibilidad de tropezarme con tus pies son mayores que con tus labios. Bajo la lluvia, el sol o la luna con su resplandor fugitivo. Con música o sin ella, pero para ser sincera, prefiero esa melodía tan cotidiana llamada risa. Bailaría sin parar, como si el tiempo fuera rosa y las agujas del reloj desaparecieran. Dedicaría cada segundo en contemplar(te) cada detalle, pensaría en el amor sin más. Pasajero o permanente, qué más da si es contigo. Muchas veces debemos dar un paso sin saber si habrá más camino o caeremos disparados, pero no me importa si es de tus manos. Entrelazados. Bailaría por el simple hecho de notar tus latidos como si fuera la bocanada de aire fresco más deseada, seguiría bailando paso tras paso si al final de cada uno de ellos tus manos me sujetaran tan fuerte y a la vez tan suave que me derretiría con grandioso toque. Me balancearía para acabar cerca de tu boca...y no dudar si quiera rozarla. Bailaría, bailaría...durante mil inviernos si es entre tus brazos y tu melodía.

Devuélvele

Devuélvele a cada
golpe malo, una
sonrisa brillante.
Devuélvele a cada
noche oscura, una
mañana deslumbrante.
Devuélvele al reflejo
de unas lágrimas insonoras,
una carcajada que
retumbe en tu corazón.
Devuélvele a quien te
de la espalda,
una meta nueva cumplida.
Devuélvele a la vida,
las ganas de vivir.

Adiós

No hace falta que vengas con ramos de rosas blancas ni que me abras la puerta para ojear el vaivén de mis caderas al pasar por delante, cierro la puerta a cupido y le robo las flechas que estaban a punto de atravesar nuestro amor. Antes de que los hielos del whisky se derritieran, tus palabras de promesas vacías se perdieron en el líquido que vertía entre mis labios que un día fueron sellados por los tuyos dejándote la marca de mi pintalabios carmín. Dejó de importarme no dormir las noches a tu lado y disfruté del colchón con sábanas frías rozar mi piel sin tu compañía. Los días comenzaron a cambiar de color grisáceo a un llamativo amarillo que hizo eco en el brillo de mis ojos que ya no reflejaban nada de ti, bendita cordura que ha vuelto después de unas vacaciones pasajeras por tu cuerpo que quedó impregnado de mi aroma de jazmín.

¿No puedo?

Los no puedo acaban
siendo síes disfrazados
de inseguridades y miedos.
Tenemos que esfumar
las excusas como el humo del
tren que si dejamos escapar
no volverá a pasar.
Coger fuerza y enfrentarnos
al reflejo de un día nuevo
que pide a gritos ser
vivido como si fuera el último
Querer comernos el mundo
y no dejar que este acabe con
nosotros a bocados.
Confiar en nosotros mismos
tanto que hagamos de nuestro
alrededor un sí enorme.
Porque los no puedo, no existen,
son nuestra mente que se empeña
en ser la peor enemiga del
ser humano.

Dale al play

Busca en tu carpeta de música favorita. Comienza a bailar cada una de ellas sin pensar en más, aumenta el volumen y baja los pensamientos a cero. Grita la letra de la canción que acabará pareciendo ser un diario escrito por ti, tírate al suelo e imagínate haciendo un solo de guitarra mientras el cepillo del pelo espera ser utilizado como un micrófono. Y salta, que los vecinos se quejen del ruido, qué más da. Sigue haciéndolo. Y cambia de canción, vuelve a creer que estás en mitad del Madison Square Garden y que la multitud de personas siguen tu ritmo haciendo que todos seáis uno. Y olvídate de ese problema que limita tu felicidad, de esas personas que solo quieren juzgar cada uno de tus pasos, de ese pensamiento desganado que tuviste recién despierta pensando que era otro día lleno de rutinas infelices.
Y sigue bailando, más alto, con más fuerza. Cambio de canción, esa te encanta. Te sabes la letra perfectamente, y con el mínimo gesto de cerrar los ojos, te sientes libre, feliz, energética, afortunada, con ganas de vivir, queriendo más, mucho más de lo que jamás pensaste querer.
Entonces la música para, los vecinos se quejan, los problemas vuelven, pero tú no. No has vuelto porque ahora estás sonriendo mirando el techo blanco que se ha convertido en el único testigo de un momento de libertad.
¿Y por qué no sentirse así todos los días de nuestra vida?
Solo dale al play.

Que si

Que si. Que a veces los días son grisáceos, y no hay rotuladores ni sonrisas que puedan pintarlos. Hay días que no, que ni por h ni por b, que no y punto. Te levantas con el pie izquierdo y el derecho cojea, el paraguas se rompe en medio de la tormenta y las sábanas te piden a grito que mejor te quedes dormida dejando pasar el día sin más.
Que si. Que los besos no son besos si no hay sentimientos, pasión o qué sé yo. No hace falta susurros de te quiero entre medio ni sonrisas permanentes, pero sin ese algo acaba siendo otra cosa, no un beso.
Que si. Que a veces la música no te acompaña, y la radio del coche pone la peor que podía poner en el momento menos indicado, y cambias de emisora, y otra vez, y otra…Al final acabas apagando la radio y escuchando tus pensamientos por encima de todo.
Que si. Que ni los abrazos son la solución de un día de mierda, que ni tú misma sabes que quieres y que dejas de querer, y ese acaba siendo el problema.
Que si. Que ni los síes son positivos en días que todo parece ir a declive.
Pero que el año tiene trescientos sesenta y cinco días y no todos son canciones para bailar, risas para que te duela la barriga ni veladas que acaban en sexo desenfrenado con el que crees ser el amor de tu vida.
Que si. Que las lágrimas están permitidas y no son señal de cobardes.
Que si. Que los días malos están en el calendario rodeados de rojo, pero al día siguiente lo tacharemos con azul.
Que si. Que los despertares de mierda están ahí, al lado del despertado de sonido insoportable. Pero que al día siguiente cuando te levantes te reirás del ayer y aprovecharás el presente.
Y como dicen: después de la tormenta viene la tempestad y que quien conoce de tempestades, ve llover y sonríe.

Cinco minutos más...

Cinco minutitos más
para poder seguir soñando
que te beso en aquel
rincón de la ciudad,
justo donde da la luz más
bonita y los te quiero se
escuchan con el mejor
eco de corazones.
Cinco minutitos más
para darme cuenta de la realidad,
de la cama vacía y
los labios intactos.
Cinco minutitos más
para soñar que despierto y
estás, con tus caricias
traviesas y nuestras ganas de más.
Cinco minutitos más,
para ser consciente de que
te siento pero a kilómetros,
que te veo si cierro los ojos y
que soñarte es una ventaja más
para imaginar el día que te pueda
abrazar.